Los sensores PIR (infrarrojos pasivos) se encuentran entre los detectores de movimiento más comunes y fiables que se utilizan en los sistemas de iluminación modernos. Su principio de funcionamiento es elegantemente sencillo: detectan pasivamente los cambios en la radiación infrarroja (calor) emitida por objetos en movimiento, generalmente cuerpos humanos. Cuando un cuerpo caliente entra en el campo de visión del sensor, se produce un cambio detectable en el patrón de energía infrarroja, activando la luz con precisión.
Ventajas clave: Los sensores PIR son reconocidos por su consumo extremadamente bajo, lo que los convierte en la opción ideal para proyectos B2B enfocados en maximizar el ahorro energético. Generalmente, son menos susceptibles a factores ambientales como el vidrio o paredes delgadas, ya que la luz infrarroja no penetra fácilmente los obstáculos sólidos, lo que evita falsas alarmas no deseadas desde fuera de la zona de detección. Su rentabilidad y facilidad de integración los convierten en una solución sumamente práctica. Y lo más importante, los sensores PIR ofrecen una detección precisa y fiable, optimizada para la presencia humana, lo que los hace ideales para diversas zonas peatonales, tanto interiores como exteriores.
Limitaciones: Si bien son muy eficaces, los sensores PIR presentan algunas limitaciones. Pueden verse afectados por cambios extremos de temperatura ambiente, lo que podría reducir su sensibilidad si la temperatura ambiente es muy similar a la del cuerpo humano. Además, no pueden ver a través de obstáculos sólidos, y su rango de detección suele ser más preciso, lo que los hace menos adecuados para detectar movimientos muy sutiles en áreas extensas y obstruidas.
Aplicaciones típicas B2B: Los sensores PIR son muy eficaces para zonas específicas como oficinas privadas, pasillos, baños y pequeños almacenes en interiores. En exteriores, son especialmente adecuados para la iluminación de caminos, la iluminación de entradas de edificios, la iluminación localizada de zonas de aparcamiento y la iluminación perimetral de seguridad, donde se requiere una detección precisa del movimiento humano.